PREGUNTAS FRECUENTES
Desde el punto de vista del rendimiento sirven para: determinar la condición física de una persona, prescribir la intensidad del ejercicio físico o del entrenamiento, evaluar un programa de entrenamiento o valorar un inesperado bajo rendimiento.
• En personas con signos o síntomas de enfermedad que quieren hacer ejercicio físico.
• Deportistas con alteraciones del ECG de reposo, con objeto de establecer su relación con el ejercicio.
• En personas mayores de 35 años y/o 2 o más factores de riesgo cardiovascular (FRC) y realicen actividad física intensa. Se consideran FRC: antecedentes familiares de enfermedad cardiovascular, edad (hombre con más de 45 años y mujer con más de 5 años o menopausia), diabetes, hipertensión, hipercolesterolemia, obesidad, fumar o ser sedentario.
• Deportistas menores de 35 años con historia familiar de muerte súbita relacionada con el ejercicio.
• Valoración de la capacidad funcional en deportistas de competición, cualquiera que sea su edad.
• Prescripción de intensidades para realizar ejercicio físico para mejora de la salud.
• Orientación sobre zonas de entrenamiento y/o ritmos de competición, especialmente en deportistas que preparan pruebas de larga duración.
Conforme la intensidad del ejercicio sigue aumentando llega un punto en el que la velocidad de producción de lactato supera la capacidad del organismo para eliminarlo, observándose un aumento exponencial de su concentración en sangre. Este punto corresponde al Umbral Anaeróbico y se corresponde con una determinada FC, una velocidad o una potencia, que indica la intensidad que el deportista es capaz de mantener sin acumular lactato. El umbral anaeróbico es el mejor exponente de la capacidad aeróbica de un deportista.
Todos estos cambios que se producen a nivel metabólico en el músculo se traducen en una serie de modificaciones que se producen a nivel respiratorio, que se pueden registrar por un ergoespirómetro y que nos posibilitan obtener los umbrales ventilatorios.
-Pruebas médicas realizadas.
-Posibles limitaciones para la práctica de ejercicio.
-Porcentaje graso respecto a su deporte y peso más aconsejable para mejorar su rendimiento.
-Grado de condición física en relación a su población deportiva de referencia.
-Recomendaciones sobre intensidades de entrenamiento: zonas de trabajo cardiovascular para pruebas en cinta y cicloergómetro y zonasde entrenamiento por potencia para pruebas en cicloergómetro.
-Consejo médico deportivo según especialidad deportiva de cara a optimizar y mejorar el rendimiento en base a últimas evidencias científicas.
INTERPRETACIÓN DE UNA PRUEBA DE ESFUERZO
Los datos obtenidos durante una prueba de esfuerzo pueden ser referidos en relación a la respuesta del sistema cardiovascular y como forma de valoración funcional.
En la respuesta del sistema cardio-circulatorio se estudian fundamentalmente tres parámetros: frecuencia cardiaca, tensión arterial en esfuerzo y electrocardiograma de esfuerzo. Los tres en conjunto informan sobre el estado cardiocirculatorio de una forma global. Son de utilidad tanto en personas que realicen actividad física no competitiva como en deportistas de competición.
* La frecuencia cardiaca es el mejor indicador de la intensidad del esfuerzo. Además del valor de la FC máxima alcanzada, es importante la relación existente a lo largo del esfuerzo entre la intensidad de la carga y la FC correspondiente que deben mantener una intensidad prácticamente lineal (salvo quizás en las proximidades del esfuerzo máximo).
* La presión arterial (PA) es un dato esencial en toda prueba de esfuerzo. Con pequeñas variaciones, la respuesta normal es una elevación gradual de la PA sistólica (máxima) al ir aumentando la carga. Los valores de PA diastólica (mínima) se mantienen o aumentan ligeramente a lo largo del esfuerzo.
* Los parámetros electrocardiográficos en respuesta al ejercicio físico no deben alterarse durante el ejercicio, salvo los cambios correspondientes al aumento de la frecuencia.
La valoración funcional va a permitir conocer el rendimiento del deportista, así como obtener datos que puedan ser aplicables en la programación y control del entrenamiento en deportistas de competición, y en la prescripción del ejercicio físico en personas sedentarias y deportistas no competitivos.
La determinación de los umbrales aeróbico y anaeróbico nos va a permitir, a efectos prácticos, establecer diferentes zonas de entrenamiento para tratar de individualizar lo máximo posible el entrenamiento y así incidir más o menos en uno u otro sistema energético. Conociendo dichos umbrales y con el uso del pulsómetro, de los tiempos de carrera o de los vatios, se pueden establecer cinco zonas de entrenamiento:
• Zona 1 o de recuperación-regeneración: por debajo del umbral aeróbico. No produce adaptaciones al entrenamiento y se usa tras competiciones o entrenamientos intensos.
• Zona 2 o de trabajo aeróbico extenso: por encima del umbral aeróbico. Mejora la resistencia de base. Se usa especialmente en pretemporada.
• Zona 3 o de trabajo aeróbico intenso: antes del umbral anaeróbico. Mejora la capacidad aeróbica. Se usa durante la temporada.
• Zona 4 o de umbral anaeróbico: mejora la potencia aeróbica y se utiliza para afinar la puesta a punto.
• Zona 5 o de alta intensidad: por encima del umbral anaeróbico. Mejora la resistencia anaeróbica mediante trabajo interválico (series).
Una vez comprobado el estado de salud y obtenidas las zonas de entrenamiento es el momento de planificar el entrenamiento y ésta es labor del entrenado o del preparador físico. Conocer las zonas de entrenamiento no es una finalidad en sí, es el paso previo a lo obtención de un plan de entrenamiento que es lo que nos facilitará nuestra mejora física y la consecución de los objetivos propuestos para la temporada.